Si eres de los que adoran las historias complejas llenas de polémica y escándalo, te sorprenderá saber que la historia de la máquina de coser está llena de acusaciones, intentos fallidos y anécdotas que no tienen ningún desperdicio…
Un arte con más de 20.000 años de antigüedad
La historia de la máquina de coser se remonta al antiguo arte de la confección a mano, lo que vendría a ser la Prehistoria de la máquina de coser, hace más de 20.000 años. Las primeras agujas se componían, por lo tanto, de pequeños huesos y cuernos junto a hilos hechos de tendones de animales. El instinto creativo humano nos llevó a innovar y mejorar este proceso, haciendo el proceso de costura menos laborioso. Es así como durante la Revolución Industrial en el siglo XVIII, la necesidad de ahorrar en trabajo manual marcó el comienzo de la creación de la máquina de coser.
1755: La primera Patente
Charles Weisenthal, un inventor alemán, creó una patente británica para “La aguja diseñada para una máquina”. No existe ninguna descripción en la patente de Weisenthal que haga referencia a una máquina de coser, pero se muestra así la necesidad de su invención.
1790: El primer prototipo detallado
Aquí es donde la historia de la máquina de costura comienza a tomar forma, gracias al inglés Thomas Saint, quien creó la primera patente. Esta patente describía una máquina impulsada por una manivela, creada para trabajar con cuero y lona. Nadie sabe si Saint fue quien diseñó el prototipo, pero en 1874, William Newton Wilson encontró los bocetos de la patente. Éstos eran tan detallados que le permitieron construir una réplica exacta.
Comienzos del S. XVIII: muchos intentos, demasiados fracasos
Cabe destacar que todos los intentos de máquina de costura anteriores al modelo exitoso realizaban un movimiento de la aguja de lado a lado y se impulsaban siempre por una manivela.
- En 1810 Balthasar Krems inventa la máquina automática para coser sombreros. No patentó el diseño, pero de todos modos, tampoco consiguió que funcionara…
- En 1814, el modista australiano Josef Madersperger creó su propia patente. A pesar de su persistencia y afán por lograr el éxito probando varios diseños, todos fueron fallidos.
- En 1818, John Adams Doge y John Knowles, inventaron la primera máquina de coser de América, a pesar de que únicamente logró coser varios pedazos de tela antes de romperse.
1830 La primera máquina de coser exitosa
¡Al fin! Tras 40 años del primer boceto y patente de Thomas Saint; el sastre francés Barthelemy Thimonnier logró inventar la primera máquina de costura funcional. La primera máquina de coser usaba una aguja en forma de garfio y un solo hilo, creando un punto de cadeneta.
Una experiencia al borde de la muerte
Tras el primer modelo exitoso, Thimonnier abrió la primera compañía ropa confeccionada mediante máquina de coser del mundo. Su trabajo principal era el de crear uniformes para la Armada Francesa y por lo visto, esta nueva invención no fue del agrado del resto de sastres franceses. El miedo a que la nueva y exitosa invención les llevase a la ruina hizo que quemasen la fábrica de Thimonnier mientras él se encontraba dentro. Afortunadamente consiguió escapar, pero su gran invento estuvo a punto de costarle la vida…
1834: la Moral por encima del Dinero
Tras esta muestra de dedicación y de literalmente “dar la vida” por sus creencias; llegó Walter Hunt el creador de la primera máquina de coser americana exitosa, a pesar de que su punto de vista cambió pronto. Hunt creyó que la nueva invención podría provocar el desempleo de miles de sastres, por lo que no se tomó la molestia de patentar el diseño. Aquí empezamos a ver cómo la historia se comienza a complicar…
1844: Una patente perdida
La máquina de coser que conocemos en la actualidad se compone de varios elementos que trabajan por separado. En 1844, el inventor inglés John Fisher diseñó un modelo que eliminaría tal disparidad entre las diferentes partes móviles de la máquina. Desafortunadamente, un trabajo poco profesional por parte de la Oficina de Patentes hizo que la patente se perdiera, por lo que el pobre Fisher jamás obtuvo ningún tipo de reconocimiento.
1845: Elias Howe y el pespunte
Fue el americano Elias Howe quien inventó un modelo de máquina de coser similar a la de Fisher con varias mejoras en su diseño. Su patente creaba “un proceso en el que se utilizan hilos desde dos puntos diferentes”. Esta nueva máquina de costura funcionaba con una aguja enhebrada con un hilo que pasaba a través de la tela creando un bucle en el reverso; lanzando al mismo tiempo una segunda puntada que atravesaba el bucle y creando así un pespunte.
A pesar de esta innovadora idea de puntada en el mundo de la confección, la máquina de coser de Elias Howe no logró todo el éxito que esperaba en América, por lo que Howe decidió probar suerte en Inglaterra. Tras un tiempo en Gran Bretaña, decidió volver a su tierra natal, donde descubrió muy a su pesar que varios inventores habían copiado su idea de mecanismo con pespunte, entre ellos, Isaac Merritt Singer.
1851: El Imperio de Isaac Singer
Isaac Merritt Singer es uno de los fabricantes de máquinas de coser más conocidos mundialmente, creando uno de los mayores imperios en el mundo de la costura y todavía hoy en día en funcionamiento. Sus legendarias máquinas destacaban por su cuidado y atractivo diseño, convirtiéndose así en un icono de las máquinas de coser. Fue Singer quien inventó el primer modelo que conocemos hoy en día, con el sistema de pedal y la aguja con movimiento de arriba abajo. Su modelo se inspiraba en elementos combinados de las máquinas de Howe, Hunt y Thimonnier; hasta tal punto que Howe decidió demandarlo por plagio.
1854: La Guerra de las Patentes
Howe llevó a Singer a juicio acusándolo de haber copiado su modelo. En su defensa, Singer confirmó que su modelo se había inspirado en el modelo de Walter Hunt, intentando convencer al juez de que fue Hunt quien infringió la ley copiando su modelo.
Desafortunadamente para Singer, este discurso no sirvió de nada, ya que, al no existir una patente en el modelo de Hunt, era una idea de propiedad intelectual libre de uso para quien quisiera.
Lo curioso de la historia es que, en el caso de que la patente de John Fisher no se hubiera perdido en la Oficina de Patentes, tanto Howe como Singer habrían infringido la ley por plagio de patente, ya que ambos modelos eran prácticamente idénticos al modelo que Fisher inventó.
En consecuencia, Singer se vio obligado a indemnizar a Howe por derechos de patente, a la vez que compartir beneficios en la empresa de I.M Singer & Co.
A pesar de tanto drama y disputas, Howe y Singer murieron siendo multimillonarios por haber dado a conocer la máquina de coser mundialmente.
Si no hubiera sido por todos los intentos fallidos y persistencia de todos los inventores que intervinieron en la historia de la máquina de coser a fin de liberar a mujeres y trabajadores en fábricas de la costura a mano, quién sabe cómo sería la industria textil hoy en día. La historia de la máquina de costura no es sencilla, hasta tal punto que todavía hoy se sigue debatiendo quién fue el verdadero inventor.
¿Nuestra opinión? ¡Simplemente nos alegramos de que no tengamos que seguir usando hilos hechos con tendones y huesos de animales!
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